LIDER (Laborario de Impulso a los Derechos Humanos

“Y LOS DERECHOS HUMANOS… ¿PARA QUÉ?”
Dr. JOSÉ FÉLIX ROJO CANDELAS
SNTSA 37
31 enero 2025

«Todos sabemos cuáles son los problemas, y todos sabemos a lo que nos hemos comprometido. Lo que se necesita ahora no son más declaraciones o promesas, sino acciones para que se cumpla lo que se prometió».
Kofi Annan
Secretario General de las Naciones Unidas (1997-2007)

La Segunda Guerra Mundial dejó al mundo en una encrucijada moral: La devastación y el horror de un conflicto global que dejó millones de vidas perdidas y una humanidad marcada por atrocidades inimaginables llevaron a la necesidad apremiante de redefinir los principios fundamentales que deberían guiar la convivencia humana.
En este contexto de posguerra, lleno de desesperación, pero también de esperanza por un futuro más justo, nació la Declaración Universal de Derechos Humanos: un hito que continúa siendo un faro para la humanidad en su lucha por la dignidad y la igualdad.
Era 1948 cuando los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas se comprometieron a trabajar juntos para promover los treinta derechos humanos que, por primera vez en la historia, se habían reunido y sistematizado en un solo documento que comienza declarando que: “La ignorancia y el desprecio de los derechos humanos han resultado en actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y la llegada de un mundo donde los seres humanos gocen de libertad de expresión y creencia y sean libres del miedo y la miseria se ha proclamado como la más alta aspiración de la gente común… Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.1
A pesar de lo dicho, hoy mucha gente sigue cuestionando su importancia ya que, en general poco sabemos y -lo más infortunado- poco confiamos en los Derechos Humanos. Hay muchos mitos en torno a esta cultura y a su efectividad; y ello resulta en desinterés o apatía hacia un instrumento tan importante para todas y todos. Para el imaginario colectivo, éste se antoja como un asunto abstracto y poco práctico.


En tal sentido, es útil recordar lo que señalaba Norberto Bobbio respecto a lo que es realmente importante cuando nos referimos a los Derechos Humanos: “No se trata de saber cuáles y cuántos son estos derechos naturales o históricos, absolutos o relativos,
1 ONU (1948) “Declaración Universal de Derechos Humanos”. Organización de las Naciones Unidas. Estados Unidos de Norteamérica.
L
sino cuál es el modo más seguro para garantizarlos, para impedir que, a pesar de las declaraciones solemnes, sean continuamente violados”.2
Sin que se trate de un intento por agotar el tema, conviene resaltar que:
1) Los Derechos Humanos son inherentes a todas las personas, sin distinción de edad, nacionalidad, origen, lugar de residencia, género, etnia, color de la piel, religión, idioma o cualquier otra condición. Su principal objetivo consiste en establecer las condiciones básicas que favorezcan el desarrollo integral de cada persona.
2) Los Derechos Humanos existen para garantizar que todas las personas tengamos un nivel mínimo aceptable de respeto, libertad y protección en nuestras vidas. Se derivan de la idea fundamental de que cada individuo posee ciertos atributos inherentes, simplemente por el hecho de ser humano.
3) Los Derechos Humanos están fundamentados en la dignidad, es decir, en el valor intrínseco de cada ser humano. Se reconoce que todas y todos merecemos la misma consideración, independientemente del origen, género, religión, raza o cualquier otra característica.
4) Los Derechos Humanos existen para salvaguardar ciertas libertades básicas, como la libertad de expresión, la libertad de pensamiento, la libertad de asociación y la libertad de creencias religiosas. Estos derechos permiten que las personas vivan con autonomía y tomen decisiones fundamentales sobre sus vidas.
5) Los Derechos Humanos buscan promover la igualdad y la justicia social. Aseguran que todas y todos tengamos acceso a oportunidades iguales y que no se discrimine ni se prive a nadie de sus derechos por motivos injustos.
6) Los Derechos Humanos sirven como un escudo contra la opresión y los abusos de poder por parte de los gobiernos, instituciones o individuos. Establecen límites sobre cómo se debe tratar a las personas y qué acciones están prohibidas, como la tortura, la esclavitud, la discriminación, entre otros.
7) Los Derechos Humanos requieren una visión multidimensional, pues hay que ir de la jurisprudencia a la política, y de ésta a la ética, en una relación dialógica interminable. Solamente cubriendo estos recorridos, seremos capaces de identificar los problemas de nuestro tiempo y de estimular la búsqueda de soluciones.
2 BOBBIO, Norberto (1981) “La regla de mayoría: límites y aporías”. En Teoría general de la política. Editorial Trotta. España.
8) Los Derechos Humanos son un medio importante de protección para todas las personas, especialmente para aquellas que pueden enfrentar abuso, negligencia y aislamiento. Más importante aún, estos derechos nos dan poder y nos permiten desafiar el mal trato de una autoridad.
9) Los Derechos Humanos Universales suelen estar recogidos en el orden jurídico nacional y el derecho internacional, de manera que los Estados son los responsables de promulgar leyes y medidas que garanticen su cumplimiento a nivel individual y grupal, imponiendo obligaciones concretas a las personas servidoras públicas.
10) Los Derechos Humanos son un instrumento que nos enseña a todas y todos a ser más humanos, a enfocar nuestro actuar a la ética y el buen carácter y a exhibir virtudes como la solidaridad, la justicia, el respeto y la tolerancia.
Así, los Derechos Humanos son una base fundamental para la convivencia en sociedad, estableciendo principios éticos que buscan asegurar la dignidad, la igualdad, la justicia y la libertad para todos los individuos, independientemente de su condición, creencias o circunstancias.3
Pero esto no significa que ya no se produzcan abusos y violaciones de los derechos humanos. En todos los noticiarios, todos los días, escuchamos historias trágicas de asesinatos, violencia, racismo, hambre, desempleo, pobreza, abuso, falta de vivienda y discriminación.
Por tanto, si consideramos a las personas perfectibles -no perfectas- entenderemos que necesitan ser continuamente conducidas en la moral, pues conocer límites permite aprender qué hacer. Solamente educando en Derechos Humanos podremos formar hombres y mujeres libres y liberadores, capaces de cumplir plenamente su responsabilidad con la dignidad, la libertad, la igualdad, la diversidad, la solidaridad, el respeto y la mutua aceptación… para bien de todas las personas.
¡Eso es vivir los Derechos Humanos!
3 ACNUDH. (2004) “ABC: La enseñanza de los Derechos Humanos. Actividades prácticas para escuelas primarias y secundarias”. Organización de las Naciones Unidas. Estados Unidos de Norteamérica.