IMAGINA
Dr. JOSÉ FÉLIX ROJO CANDELAS
SNTSA 37
27 febrero 2025

Resulta muy significativo el hecho de que, en todo el planeta, durante el último siglo se ha visto un aumento de la conciencia respecto de la dignidad y del valor de la persona, de sus derechos y obligaciones, del deseo de libertad, justicia y paz. Esto evidentemente representa un notable avance en materia de derechos humanos a nivel global, permitiendo que la mayoría de los países del mundo formalice el reconocimiento a esos derechos en leyes y programas de acción concretos.
Infortunadamente, me parece que el tema de los derechos humanos es más utilizado como un slogan publicitario, como frase para campañas políticas o como una manera de ponerse del lado políticamente correcto… Pareciera que hoy, decir que se está de acuerdo con la lucha por los derechos humanos, es una manera simple de intentar ser bien recibido por las y los demás. Lo más triste es que ese discurso raramente pasa a la acción. Recuerdo el caso de una señora que repetía amargamente: “Me duele ver a los niños de la calle… sufro mucho cuando veo a los niños de la calle… Quisiera llorar cuando veo a los niños de la calle”, y cuando le preguntaron: “¿y qué haces?”, respondió: “Pues me volteó, para no verlos”.
Creo firmemente que los derechos humanos deben pasar de la plática a la práctica, porque mientras esto no suceda, seguiremos viendo que mucha gente se ve obligada a sobrevivir sin la posibilidad de disfrutar de alimentos, vestido, vivienda, educación, salud, libertad… Falta mucho por hacer, especialmente ahora que hemos visto que, desde las más altas esferas del poder, se cuestiona la validez de los derechos humanos (validez que con tantos esfuerzos empezaba a reconocerse)

Me parece que es un imperativo luchar juntos por la construcción de una sociedad en la que los derechos humanos funcionen eficazmente como pautas de conducta para toda la población, lo que contribuirá al rescate de las relaciones sociales y a la conquista de la justicia y la paz. Sin embargo, lograr esa cultura exige un mínimo de valores y principios éticos, fundamentados en el reconocimiento y práctica de los deberes y responsabilidades que tenemos tanto a nivel personal como social. Éste, sin duda, es un trabajo para todas y todos.
Tenemos que afrontar el reto de fomentar en nuestras familias, escuelas, empresas, medios de comunicación y gobierno, la creación de una nueva cultura basada en el respeto a los derechos humanos, generando así actitudes positivas, como el único medio para alcanzar la paz y la estabilidad de las relaciones humanas en el futuro de la sociedad guanajuatense.
“Seguramente dirás que soy un soñador, pero no soy el único…”
En la hermosa utopía de los derechos humanos, debemos trabajar juntos y, a pesar de las dificultades, ciertamente es posible lograrlo, siempre y cuando todas y todos, seamos sensibles y estemos dispuestos a -decididamente- vivir de manera virtuosa, de manera libre, de manera igualitaria.
¡Decididos a vivir felices!