Deconstruyendo sin Violencia

Violencia en los medios y la cultura: un análisis crítico
Lic. Psic. Laura Imelda Hernández López
Unidad de Burnout
SNTSA 37
16 septiembre 2025

Introducción

La violencia ha sido un elemento recurrente en las narrativas sociales, desde los mitos fundacionales hasta las producciones culturales contemporáneas. Sin embargo, con el desarrollo de los medios masivos de comunicación y, más recientemente, de las plataformas digitales, la representación de la violencia ha adquirido una presencia aún más significativa. Esta situación ha generado debates académicos y sociales sobre los impactos que la exposición constante a contenidos violentos tiene en la construcción de valores, en la normalización de conductas agresivas y en la configuración de identidades colectivas.

El presente artículo busca analizar la relación entre violencia, medios de comunicación y cultura, abordando tanto las dinámicas de representación como las consecuencias en la percepción social de la violencia.

La representación de la violencia en los medios

Los medios de comunicación han jugado un papel central en la transmisión y amplificación de la violencia. Informativos televisivos, películas, series, videojuegos y redes sociales reproducen constantemente escenas violentas, que no solo informan, sino que también entretienen y, en muchos casos, generan lucro.

Diversos estudios señalan que la violencia mediática puede banalizar el dolor humano y convertir la agresión en un espectáculo de consumo masivo (Gerbner, 1996). En la televisión, por ejemplo, la repetición de imágenes de guerras, crímenes o catástrofes contribuye a una “cultura del miedo”, donde la violencia es percibida como omnipresente. Por otro lado, en la industria del entretenimiento, la violencia se presenta como un recurso narrativo para mantener la atención del público, lo que refuerza estereotipos de poder, género y dominación (Martín-Barbero, 2003).

La violencia como construcción cultural

La violencia no solo se difunde a través de los medios, sino que también se inserta en las dinámicas culturales de cada sociedad. En muchas ocasiones, las representaciones violentas responden a valores históricos y culturales que justifican, normalizan o legitiman el uso de la fuerza.

Por ejemplo, en algunos contextos latinoamericanos, la violencia se ha convertido en un elemento identitario ligado a fenómenos como el narcotráfico o la corrupción política, que se reflejan en telenovelas, series y música popular (Rincón, 2006). Esto genera una doble paradoja: mientras la violencia real afecta la vida cotidiana de las personas, las representaciones culturales la transforman en narrativa estética y de consumo.

Los impactos de la violencia en los medios sobre la cultura son múltiples y complejos. En primer lugar, estudios de psicología social han demostrado que la exposición constante a imágenes violentas puede generar desensibilización, es decir, una reducción en la capacidad de empatía hacia el sufrimiento ajeno (Huesmann & Taylor, 2006).

En segundo lugar, la violencia mediática influye en la construcción de imaginarios sociales. La representación recurrente de ciertos grupos como criminales (por ejemplo, jóvenes de barrios marginados o minorías étnicas) refuerza prejuicios y discriminación. Asimismo, la glorificación de la violencia como herramienta de éxito personal o social puede influir en las aspiraciones de las audiencias más jóvenes, quienes internalizan la agresión como un modelo legítimo de conducta.

Finalmente, no se puede ignorar la relación entre consumo cultural y mercado. La violencia vende: se convierte en espectáculo rentable, lo que incentiva a las industrias culturales a reproducirla de manera constante.

Reflexiones finales

La violencia en los medios y la cultura no es un fenómeno aislado, sino una construcción social alimentada por dinámicas históricas, políticas y económicas. Su presencia constante en la vida cotidiana obliga a cuestionar no solo la responsabilidad de los medios, sino también la de las audiencias y las instituciones culturales en la reproducción y consumo de estos contenidos.

Es urgente promover una educación mediática crítica que permita a los ciudadanos interpretar las narrativas violentas sin caer en la normalización de la agresión. Además, los medios de comunicación tienen la responsabilidad ética de equilibrar la representación de la violencia con narrativas que promuevan la paz, la solidaridad y la justicia social.

Bibliografía

  • Gerbner, G. (1996). Violence and terror in the mass media. Paris: UNESCO.
  • Huesmann, L. R., & Taylor, L. D. (2006). The role of media violence in violent behavior. Annual Review of Public Health, 27, 393-415. https://doi.org/10.1146/annurev.publhealth.27.021405.102201
  • Rincón, O. (2006). Narrativas mediáticas: O cómo se cuenta la sociedad del entretenimiento. Barcelona: Gedisa.

Wolf, M. (1994). Los efectos sociales de los medios de comunicación. Barcelona: Paidós