Deconstruyendo sin Violencia

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Violencia infantil, una herida que todos vemos y pocos atendemos(parte 1)
Lic. Psic. Laura Imelda Hernández López
Unidad de Burnout
SNTSA 37
19 noviembre 2025

La violencia infantil no solo hiere a quienes la padecen, sino también a quienes la presenciamos y la dejamos pasar. A menudo vemos señales de maltrato —moretones, silencios, miedo— y preferimos callar, mirar a otro lado, justificándola con frases como “no me meto en lo que no es mío”, “son sus padres ellos saben cómo educan a sus hijos” o “seguro fue un accidente”. Esa indiferencia compartida nos vuelve cómplices. Cada vez que no intervenimos, cada vez que callamos, contribuimos a que una infancia se rompa y a que el ciclo de violencia siga repitiéndose.

Desde la psicología sabemos que el daño causado por el maltrato infantil no termina cuando cesa la agresión física; deja huellas invisibles que afectan la autoestima, la confianza, la empatía y la capacidad de establecer vínculos saludables. Detrás de cada niño golpeado, humillado o abusado hay un adulto futuro que cargará con traumas, desconfianza y dolor que muchas veces se transforman en depresión, adicciones o violencia hacia otros.

La violencia infantil no es un problema privado ni familiar: es un problema social, de salud pública y de responsabilidad colectiva.

Les invitó a revisar el lado considerado frío, ya que se trata de la cuantificación de los registros de estos casos de violencia infantil, los datos son alarmantes y revelan una violencia sistemática y normalizada:

  • Seis de cada diez niñas, niños y adolescentes han sufrido métodos de disciplina violentos (UNICEF México, 2024).
  • 41.8% de las mujeres mexicanas mayores de 15 años reportaron haber vivido algún tipo de violencia antes de los 15 (INEGI, 2023).
  • En 2024, se registraron más de 20,000 casos de lesiones a menores de edad por agresiones (Red por los Derechos de la Infancia en México, 2025).
  • Estudios clínicos recientes muestran que la violencia física y sexual es más frecuente en varones y mujeres, respectivamente, y que los casos tienden a concentrarse en contextos de pobreza y violencia comunitaria (Gruendl et al., 2025).

No omito mencionar que estos datos pueden estar muy por debajo de la violencia que se escucha, se ve y se vive diariamente en el contexto social, debemos considerar el subregistro de los casos de violencia que no se tipifican como tal, los que son descartados por diferentes intereses y los que no se denuncian, sobre todo cuando el abuso sexual infantil sucede en niños varones; estas cifras no son solo números; son historias truncadas, infancias arrebatadas y futuros comprometidos.

La violencia infantil afecta la estructura emocional y cognitiva de los niños, niñas y adolescentes, las experiencias de abuso o negligencia temprana alteran la forma en que el cerebro regula el miedo, el apego y la confianza.

  • A corto plazo, el niño desarrolla ansiedad, retraimiento, hipervigilancia y sentimientos de culpa o vergüenza.
  • A largo plazo, puede presentar depresión crónica, trastornos de personalidad, dificultad para establecer vínculos afectivos y propensión a reproducir conductas violentas.

La violencia infantil representa una herida profunda en el tejido social, una problemática que trasciende el ámbito familiar y exige una respuesta colectiva. No basta con condenarla desde la distancia: el silencio y la indiferencia nos convierten en parte del problema. Las cifras expuestas no son simples estadísticas, sino reflejo de una realidad dolorosa que marca a miles de niñas, niños y adolescentes, dejando cicatrices emocionales que perduran en la vida adulta y perpetúan el ciclo de la violencia. Reconocer la magnitud del daño implica asumir nuestra responsabilidad como sociedad: denunciar, intervenir, educar y promover entornos seguros y afectivos. Solo a través de la empatía, la conciencia y la acción podremos proteger la infancia y garantizar un futuro más humano, justo y libre de violencia.

Referencias bibliográficas

  • Gruendl, M. et al. (2025). Epidemiology of interpersonal violence among Mexican children and adolescents. Journal of Clinical Epidemiology, 134, 102–117.
  • INEGI (2023). Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. México: INEGI.
  • OMS (2024). Child maltreatment – Fact sheet. World Health Organization.
  • Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) (2025). Delitos contra niñas, niños y adolescentes en México. Informe anual.
  • SIPINNA (2024). Informe Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes. Gobierno de México.
  • UNICEF México (2024). Protección contra la violencia. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

Violencia infantil, una herida que todos vemos y pocos atendemos

(Parte 2)

La psicóloga Robin Stern (2018) explica que las víctimas infantiles de abuso suelen desarrollar “una identidad construida desde el miedo”, en la que aprenden a adaptarse para sobrevivir, no para vivir plenamente; investigaciones de la OMS (2024) demuestran que las secuelas del maltrato infantil pueden reducir la esperanza de vida y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, consumo de sustancias y suicidio.

La violencia infantil no se queda en el ámbito doméstico. Sus consecuencias se expanden como ondas en el agua: afectan la escuela, la comunidad, el trabajo y las relaciones futuras.

  • Ciclo intergeneracional: quienes crecen en entornos violentos tienden a reproducir esos patrones, no por maldad, sino porque es lo que aprendieron como “normal”.
  • Impacto económico: según el Banco Mundial y la OMS, los costos del maltrato infantil representan entre 2% y 5% del PIB de los países debido a gastos médicos, judiciales y pérdida de productividad.
  • Deterioro de la cohesión social: la violencia infantil debilita la confianza, fomenta la apatía y erosiona los valores comunitarios.

Un niño violentado hoy es un adulto herido mañana, y una sociedad herida difícilmente puede construir paz.

México cuenta con el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) y con reformas que prohíben el castigo corporal y humillante. Sin embargo, la implementación sigue siendo desigual y, en muchos municipios, casi inexistente.

Las políticas públicas requieren presupuesto, coordinación interinstitucional y sensibilización comunitaria. Las escuelas, los servicios de salud y las familias necesitan herramientas para detectar, denunciar y acompañar. No basta con leyes; hacen falta personas formadas y comprometidas, capaces de ver, escuchar y actuar.

El silencio social perpetúa la violencia, la intervención temprana, incluso con acciones pequeñas, puede salvar una vida:

  • Escucha activa: creerle al niño es el primer paso para romper el ciclo.
  • Denuncia responsable: usar los canales oficiales (DIF, SIPINNA, fiscalías) puede activar la protección.
  • Educación emocional: enseñar empatía y resolución no violenta de conflictos en escuelas y familias.
  • Acompañamiento psicológico: promover terapias accesibles y sin estigmas.

La violencia lamentablemente va en aumento, no solo en México sino en el mundo, hay formas de violencia de las que aún no se habla mucho, quizás porque no son percibidas como tal, por temor, por encubrimiento, por dolor, porque se percibe como insoportable, recuerdo esa frase de “lo que no se dice o no se nombra, no existe” o más bien se niega, me refiero a los que privan de su libertad, aquellos obligados a trabajos forzado, a los que se usan para venta y utilización corporal…la lista puede seguir y seguir, sin embargo, lo que se busca es  frenar la violencia de NNA, pero también la que a diario vivimos como sociedad, empecemos poniendo nuestro granito de aportación, haciéndonos conscientes de la violencia que se ejerce sobre nosotros y la que nosotros ejercemos, para hacer el cambio necesario en nosotros y vaya impactando a los demás de manera positiva.  

Sanar una infancia es sanar a toda una comunidad.

Referencias bibliográficas

  • Gruendl, M. et al. (2025). Epidemiology of interpersonal violence among Mexican children and adolescents. Journal of Clinical Epidemiology, 134, 102–117.
  • INEGI (2023). Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. México: INEGI.
  • OMS (2024). Child maltreatment – Fact sheet. World Health Organization.
  • Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) (2025). Delitos contra niñas, niños y adolescentes en México. Informe anual.
  • SIPINNA (2024). Informe Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes. Gobierno de México.

UNICEF México (2024). Protección contra la violencia. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.